Blogia
el placer de devorarse

GUAPOS DE MANUAL

Leí en un artículo sobre Karl Lagerfield que los guapos no se juntan entre si porque les asusta el narcisismo recíproco. Yo he salido con muchos chicos. Y en algunas ocasiones (las menos) con auténticos bellezones.

El más de los mases fue El Francés. Demasiado guapo, demasiado buen cuerpo, demasiado cariñoso. Tenía mil detalles conmigo, hablaba con un acento super sexy y me trataba como a una Diosa. Era modelo. Me llevaba de paseo con su moto, hacía un montón de quilómetros solo para verme 5 minutos antes de volver a trabajar y siempre se fijaba en mi ropa. Pero cada vez que salíamos se llevaba su pollo hervido y su arroz para no alterar su superdieta. Yo tenía 18 años. Aun me llama cada año para mi cumpleaños y se niega a quedar para un café porque -dice- aun no me ha olvidado

El caso del Stripper es bastante distinto. Venía a la discoteca donde estaba de camarera a hacer sus bailecitos y se fijó en mi desde el principio. Lo suyo fue acoso y derribo. No paró hasta quedar conmigo. Fuimos al cine, salimos de fiesta. Por la calle todo el mundo nos miraba. Después de la primera noche juntos, me llevó a misa. Me presentó a sus amigos. Como su novia. Me invitó a una cena familiar a la que no fuí. Vino a la discoteca con sus amigos y me montó un numerito de celos tremendo. No quise volver a verle.

El tercero, era el Haw. Perfecto. Tan guapo que dolía. Lo conocí en una discoteca en la que trabajé, pero estando de fiesta. No podía dejar de mirarle. Ha sido el único hombre que me ha costado (y mucho) conquistar. Lloré y pataleé lo que no está escrito. Juré y perjuré que no me rebajaría más. Pero cuando le veía, todos mis argumentos se esfumaban, y si tardamos tanto en quedar creo que fue porque nunca conseguía estar relajada cuando estaba con él y debía pensar que estaba medio loca. Un día dije basta. Me prometí que si en un año no conseguía nada, lo dejaría estar. De repente, al cabo de 11 meses, coincidimos en la misma discoteca y todo era perfecto. Estuvimos hablando 4 horas, sin dejar de mirarnos embobados. Me pidió el teléfono. Mis amigas alucinaban. Fue totalmente extraño. Antes de irse, me besó. Yo flotaba. El día que hacía un año de mi sentencia, pasamos la noche juntos. Solo estuvimos juntos otra noche. Aun no se porqué. Creo que estaba tan alucinada que me entró un miedo horrible y le evité. Han pasado mil años, pero aun seguimos hablando y nos hemos visto alguna vez más (como amigos).

Resumiendo: ninguna de las tres veces la cosa ha ido a más de un par de noches, en el caso del Francés, unos pocos meses. Tengo que reconocer que la sensación de estar con un chico tan guapo y ver que todo el mundo decía la buena pareja que hacíamos, subía mucho el ego, pero, en mi caso, ninguna de las tres veces ha funcionado. Mis relaciones más largas han sido con chicos normalitos, que comían cosas normales, tenían actitudes normales y no me hacían sentir atontada a su lado.

Otro día escribiré sobre feos de manual, que también los he tenido...

5 comentarios

FIJOMACHE -

ESTAS AHI ACABAS DE DEJAR UN COMENTARIO EN MI BLOG

Afrodita -

Si, mucho mejor un chico normalito q un guaperas! Los guaperas, como tú misma dices, sólo sirven pa una noche o dos!
Besotes

ARTURO -

Ojala sea tu compi de swap, por lo que poco que he leido de tí podría sorprenderte gratamente.Me esta gustando tu blog, en especial esos 100 mordiscos.
Besos desde Coruña.

QuedaAlgunoLibre -

jajaja coño, tienes un estudio hecho!!! ajajajjaja

Besote "guapa"!!!

soy-yo -

por algo dicen eso de que el físico en el fondo no importa;)