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el placer de devorarse

CERRAR ANTES DE HORA

Ayer tenía una cena con algunos compañeros de trabajo...
Tras algunas vueltas acabamos cenando en un mejicano, el Tijuana de la calle Córcega con Aribau. Estuvo bien, el chico muy amable, la comida barata y buena, la coronita fría y tequila (todo lo que le pido a un mejicano). Luego fuimos al Espito Chupito, bar que me encanta aunque resulte claramente claustrofóbico: nos tomamos unos peta-zeta, unos orgasmos escandalosos, unos Jordi Culé y no se que más... ah si, un B’52, de esos con fuego. Primero llenó el vaso de chupito y luego lo pulverizó con algo que olía a dulce y le prendió fuego enseguida... No se que sería lo del pulverizador, lo tendré que preguntar (en el último bar que trabajé les prendíamos fuego con un soplete!!)
Luego fuimos a tomar algo a La Botellita, bar musical que debe su nombre a que, en lugar de poner los cubatas como Dios manda te los ponen de botellita, es decir, de botellas de esas de miniatura. Y claro, queda un cubata ridículo por 8 ó 9 €, que es bastante. Pero con todo eso y cuando ya estábamos listos para ir a Tunnel a bailar... ploff!! Las tres y media y todo cerrado. Una lástima!

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