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el placer de devorarse

Canela

Ayer fui a cenar a este restaurante como recompensa a una apuesta que gané. La verdad es que la apuesta fue un poco absurda, pero teníamos pendiente cenar allí.
La carta (que era lo que más me llamaba la atención) es muy extensa y todos los platos tenían muy buena pinta, además de un precio más que razonable. Pero fue bastante desastroso... tardaron un mucho en tomarnos nota, y otro mucho entre el entrante y el plato. Mi compañero de mesa pidió Ensalada tibia de queso de cabra, que más bien debería haber sido Ensalada con queso de cabra tibio, porque era un bol de lechuga con un rollo de queso de cabra medio frío. Yo pedí Tempura de verduras sobre nido de fideos thai... en fin, si por verdura entendemos pimiento, pues si era eso: un montón de pimiento rebozado con tallarines (no se si sabeis que el pimiento me da alergia...)
Después de 15 minutos nos trajeron los platos (al contrario que los entrantes, que parecía que estuvieran esperándonos en la barra pues pedirlos y tenerlos en la mesa fue uno): pedimos Calamares rellenos en su tinta y yo Pasta salteada... en fin, los calamares eran bastante malos (muy malos) y con mi segundo se confundieron y me trajeron un salteado de cahmpiñones con jamón con el huevo muy poco hecho y bastante salado... En fin. Los postres tenían nombres muy atractivos, pero yo desistí y pedí un chupito de Mistela para ahogar las penas... (la cena con vino fueron poco más de 40€)

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